Es importante considerar y conocer la energía embebida en los materiales que conformarán la vivienda futura, para así utilizar materiales que produzcan menos impacto.
Cuando tenemos que pensar en la energía, de más está decir que cualquier ahorro es importante, desde apagar las luces innecesarias, hasta utilizar electrodomésticos eficientes.
Pero hay cuestiones mucho más profundas que las anteriores y una es por ejemplo que, al proyectar una vivienda nueva, tenemos la enorme oportunidad de seguir trabajando en este sentido desde dos aspectos fundamentales: en los materiales que intervienen en la obra y en la eficiencia energética de la vivienda durante su vida útil.
En el primer caso, es importante considerar y conocer la energía embebida en los materiales que conformarán la vivienda futura, para así utilizar materiales que produzcan menos impacto. Un medio es utilizar productos de posean Declaraciones Ambientales de Producto (EPD), que es un informe realizado bajo la Norma ISO 14.025 y que brinda informaciones sobre el producto, tales como su huella de carbono, emisiones de contaminantes durante la fabricación y la vida útil, entre otros.
A su vez, también se debe tener en cuenta y comparar la incidencia de la energía embebida por unidad de superficie de la vivienda. En este caso, el Steel Frame, al ser un sistema liviano y poseer en promedio de masa por metro cuadrado del 20% de la construcción húmeda, posee una energía embebida por m2 mucho menor y lo mismo ocurre con la huella de carbono. Este sistema viene siendo uno de los más elegidos de nuestro país, siendo en 2019 el tercer país de Sudamérica referente a la penetración de este método, con un consumo de placa de yeso –principal indicador- de 0,8 m2/hab. per-año, sólo por debajo de Chile con 3,0 y de Uruguay con 1,1, de acuerdo con el Instituto de Construcción en Seco (INCOSE).
Por otro lado, el segundo aspecto es considerar el consumo de energía durante la operación de la vivienda, teniendo en cuenta su vida útil. En este caso, también el Steel Frame contribuye a disminuir el consumo de energía, al ser un sistema que reduce en promedio un 60% en consumo de energía de calefacción y aire acondicionado respecto de la construcción húmeda. Esta reducción significa no solamente un ahorro para el propietario, sino también a nivel generación nacional de energía, y disminución de emisiones de gases de efecto invernadero que producen las centrales eléctricas alimentadas a gas o fueloil. Esto representará una importante reducción del impacto ambiental de la construcción, que hoy en día no podemos soslayar.
En cuanto a las construcciones existentes, podemos encontrar que hay numerosas estrategias para mejorar su comportamiento y reducir los consumos de energía, como por ejemplo agregar aislaciones térmicas exteriores, y cuando esto no es posible, hacerlo en el interior con sistemas de construcción en seco que permiten agregar aislaciones térmicas. Adicionalmente, el recambio de aberturas por otras de alta eficiencia contribuye también a la disminución del consumo de energía.
La eficiencia energética viene a dar lugar a un cambio de 360° en la manera en la que se desarrolla el sector de la construcción, debido a que el ahorro de energía no es solamente un tema económico, sino que también debiera ser central para la sociedad ya que impacta directamente en la mitigación del cambio climático y por ende en el futuro de nuestro planeta.
